La trampa del crecimiento personal
Jun 26, 2025
"Lo malo de salir a encontrarte, es que en el camino terminas perdiendo a todos" Los últimos meses (si no es que años) han sido de mucha inestabilidad a nivel personal y profesional. Crisis, problemas, dudas... una combinación de oscuridad que jamás había experimentado, ni siquiera cuando atravesé mi primera noche oscura del alma hace diez años. ¿Cómo es posible que cuando más invertí en mí, fue cuando más desdichado fui? - Me quedé sorprendido cuando escribí esas palabras en mi journal hace unas semanas. Recuerdo que cuando me gradué de la universidad en el 2010, todo parecía ser tan fácil: crear negocios, expandirlos, hacer dinero, viajar, disfrutar... todo fluía con ligereza, pero a pesar de todo, aún sentía un gran vacío. Cansado del estilo de vida superficial que estaba llevando, un día decidí ir a una iglesia a hablar con Dios, y con lágrimas en los ojos le pedí que si mi vida no iba a crear un cambio significativo en el mundo, que mejor prefería estar con él. Y aunque no recibí una respuesta inmediata como yo esperaba, el simple hecho de haber salido intacto de un accidente donde el vehículo en el que viajaba quedó destruido en su totalidad, hablaba más que mil palabras. Yo pensaba que para estar mejor era necesario seguir buscando; viajando, escapando, hasta encontrar lo que me faltaba, pero jamás imaginé que eso que tanto buscaba lo encontraría haciendo lo contrario. Un retiro de ocho días bastaría para cambiar mi vida. Encerrado, aislado, en silencio, sin poder escapar, ni ninguna otra alternativa más que mirar hacia adentro. La peculiaridad del silencio es que una vez que logras hacer las paces con él, ya no puedes ignorar la información que te muestra; es como un mejor amigo que te dice la verdad, aunque te duela; te muestra lo que tienes qué hacer, aunque sea lo que menos deseas realizar. A partir de ese momento decidí hacerlo mi guía, aunque eso significara transitar el camino de la incomodidad. Nuevos hábitos, nuevos amigos, nueva vida, en teoría la idea era buena: hacer lo posible por proteger ese bienestar que por tanto tiempo estuve buscando. El problema, es que en vez de mejorar lo que ya tenía, opté por abandonarlo. Me mudé de ciudad y decidí dedicarme de lleno a lo que me hacía feliz: a mis nuevos hábitos. Hacer ejercicio, meditar, respirar, escribir, leer, crear contenido, cocinar, hablar con amigos y disfrutar lo bello que era el camino del despertar. Pero irónicamente, lo que en un principio te puede dar bienestar, si abusas de ello, te termina afectando. ¿Por qué me siento estresado si estoy meditando?, ¿Por qué tengo ansiedad si diario estoy escribiendo?, ¿Por qué me siento tan mal si tengo lo que siempre desee? - estas y más preguntas rondaban en mi cabeza todos los días. Al principio no sabía la razón, hasta que después todo fue muy claro. ¿Cómo esperaba estar tranquilo si fui yo el que se alejó de las personas que me querían?, ¿El que renunció a los negocios por los que trabajó por tantos años?, ¿El que decidió crear una nueva identidad y ahora no sabe ni quién es? Después de mucho sufrimiento y horas de terapia, por fin puedo ver todo desde una nueva perspectiva. Antes tenía lo material, después lo espiritual, y ninguno de ellos por sí solo pudo darme esa plenitud que tanto buscaba. Ahora sé que el secreto no está en un mundo ni el otro, si no en la combinación de ambos. No se en qué momento de tu proceso te encuentres ahora, pero me gustaría que te detuvieras un momento a analizar tu situación y veas hacia dónde está cargada la balanza. A veces nos pasamos la vida buscando respuestas cuando en realidad siempre han estado enfrente de nosotros. Solo tu sabes lo que tienes que hacer, y en esta ocasión te escribo estas palabras para que sepas que a veces lo mejor es simplemente pausar, evaluar y reestructurar. ¿Te ha pasado que a veces estás buscando un lápiz por todos lados para al final darte cuenta de que siempre lo tuviste en tus manos?... Pues algo similar sucede con la felicidad. Así que decide ser feliz, en donde estés, con lo que tienes, con lo que eres... ahora. Te deseo mucho éxito en tu proceso. Con mucho cariño, Martín. |