Si lo haces bien, con una es suficiente para toda la vida...
Jun 26, 2025
Hace exactamente 10 años, tuve la oportunidad de asistir a un retiro de silencio de 8 días en un centro espiritual Jesuita. El silencio, como la mayoría de las herramientas que existen en el mundo del crecimiento personal y espiritual, es una herramienta poderosa que te da respuestas si la sabes utilizar. Recuerdo que al estar allí, aislado de todos los estímulos del exterior, por más que quisiera distraerme, no tuve opción mas que comenzar a mirar hacia dentro de todo lo que, sin darme cuenta, estaba tratando de escapar. Los primeros días fueron incómodos, casi hasta al punto de querer volverme loco. Me imaginaba que estaba experimentando algo cercano a lo que sienten las personas que tienen problemas de alcoholismo cuando las encierran en un centro de rehabilitación, pero, conforme avanzaba el retiro, esa incomodidad fue disminuyendo y eventualmente le fue dando espacio a la tranquilidad. Hubo un momento donde todo fue muy claro, de pronto pude visualizar una lista de todas las actividades que tenía que realizar para comenzar a poner orden en mi vida: qué vicios dejar, qué hábitos modificar, a qué personas perdonar... y eso fue exactamente lo primero que hice al salir de ese lugar. Dejé de tomar alcohol, empecé a hacer ejercicio, pedí perdón a las personas con las que tenía conflictos... pero con lo que no contaba, era que al salir, habría factores que se interpondrían con mis buenas intenciones. Al regresar al entorno al que estoy acostumbrado, volví a tener contacto con los mismos círculos sociales, mismas dinámicas familiares, y viejos hábitos fueron regresando, a tal punto que al año de haber salido de ese evento, me sentía igual o peor que antes. Fue en ese momento que decidí reservar un segundo retiro de silencio, y al regresar a ese lugar, al segundo día de estar allí, pude volver a sentir ese estado de calma que tanto estaba buscando. Pero al mismo tiempo, también me sentí incómodo de estar los días siguientes, ya que ya conocía de que trataba todo; no estaba allí por el contenido, sino por lo que me hacía sentir. Y fue en ese momento donde surgió la pregunta: ¿Cómo puedo sentir este estado de calma/tranquilidad/conciencia, todos los días? ¿Sin necesidad de estar viniendo una vez al año a un retiro, o irme de vacaciones cada seis meses a la playa, pero cada que regreso siento que mi realidad me asfixia y quiero escapar de ella?, ¿En verdad es posible?. Y fue justo donde comenzó la búsqueda por encontrar las herramientas y sistemas que me permitieran hacerlo. Recuerdo que ese primer retiro, había un grupo de seis monjas que ya tenían tres años consecutivos asistiendo y el sacerdote estaba algo molesto con ellas porque veía que no lo estaban haciendo conscientemente, ellas lo estaban tomando más como un descanso o vacaciones. El sacerdote les decía que al estar allí, le estaban negando la posibilidad a otra persona para que lo experimentara por primera vez (ya que tienen alta demanda y siempre hay lista de espera). Después procedió a decir algo que jamás voy a olvidar: "Si ustedes hacen bien un retiro... de corazón... conscientemente... con una vez que lo hagan, es suficiente para toda la vida" Y esto aplica en todo lo que hacemos. Te comparto esto porque es posible que una parte de ti aún sienta que algo le falta, cuando en realidad este proceso no se trata de agregar cosas nuevas sino de eliminar algo que ya estás haciendo pero no te permite avanzar con eso que quieres lograr. Estamos repitiendo las mismas actividades una y otra vez, buscando diferentes respuestas en los mismos lugares, cuando en realidad no necesitas otro curso, ni taller ni saturarte de más información... necesitas tomar acción. Porque lo peor que te puede pasar es que te gastes la vida tratando de encontrar, algo que siempre tuviste, pero nunca lo pudiste observar. Te mando un fuerte abrazo, con aprecio, Martín |