Tu situación actual es temporal.

Lo más probable es que si estás leyendo este mensaje te encuentres en un momento de transición importante en tu vida.

Y si somos honestos, la realidad es que a veces es verdaderamente frustrante querer llegar a una situación futura deseada y aún no estar en ese lugar.

Es como si ese anhelo nublara por completo nuestra percepción y por lo tanto termina afectando nuestra realidad.

Hace unos años tomé la decisión de mudarme a Alemania en un intento por solucionar mis problemas, sin darme cuenta que, lo que realmente estaba haciendo, es que les estaba huyendo.

Compré los boletos de avión con seis meses de anticipación y aún recuerdo que el sólo pensar que faltaba todo ese tiempo para el viaje, me hacía desesperarme aún más.

En ese entonces tenía una amiga con la que me juntaba cada fin de semana para convivir y platicar. Nuestras sesiones normalmente eran muy amenas, pero esa temporada, ella se volvió en mi colchón emocional.

Cada que nos veíamos, yo no dejaba de quejarme de mi situación actual; de cómo no aguantaba los conflictos con mi familia, que cada vez había más problemas en el negocio familiar, que nadie me entendía y de lo infeliz que era de estar en ese lugar... que no podía esperar más a que se llegara la fecha de mi viaje para por fin poder escapar.

Eventualmente llegó un momento donde la saturé y simplemente me dijo:

¡Martín, ya basta! Cada que nos vemos no dejas de repetir una y otra vez la misma historia que ya me estás comenzando a afectar.

Me quedé callado, sorprendido, sin saber cómo reaccionar.

Definitivamente no era la respuesta que esperaba, pero, nunca imaginé que esa noche, mi amiga me iba a dar una de las lecciones de vida más importantes que impactarían mi forma de pensar.

Me miró directamente a los ojos y me dijo:

A ver Martín, entiendo que no estés contento con tu situación actual, pero ya encontraste una posible solución y en unos meses te vas a mudar a otro lugar. Ahora, si ya sabes que te vas a ir, está en ti poder decidir si este tiempo que falta te la pasas deprimido, frustrado y quejándote por todo, o si mejor, en vez de quejarte, decides tener extra paciencia y tolerancia para aprovechar a tus amigos, familia, negocios, y a pesar de que las cosas no sean como quisieras, simplemente te relajas y aprendes a disfrutar.

A final de cuentas el tiempo no se puede adelantar y si sabes que todavía vas a estar aquí por varios meses, ¿Por qué no mejor te enfocas en lo que sí puedes controlar? Tú eliges la actitud quieres adoptar.

Y esas simples palabras, tuvieron un impacto tan grande, que los meses restantes simplemente aprendí a honrar mi situación actual.

Te comparto todo esto porque entiendo lo que se siente estar en una etapa de caos e inestabilidad, donde ya sabes en dónde quieres estar pero la realidad de tu situación te dice lo contrario, donde tienes claro cómo te quieres sentir, pero aún no te sientes así.

Tal vez no puedas controlar la velocidad del proceso, pero sí puedes controlar la actitud con la que lo enfrentas; tal vez tu situación no sea perfecta, pero puedes encontrar aspectos positivos de los cuales puedas anclarte; tal vez existan muchos obstáculos en tu camino, pero los puedes convertir en las razones para no darte por vencido.

El secreto está en aprender a trabajar hoy por lo que quieres lograr, sin dejar que eso que aún no tienes, te robe la tranquilidad del momento.

En ti está elegir la perspectiva con la que quieres ver las cosas.

"El sufrimiento termina donde la gratitud comienza"

Lo vas a lograr, deja que el tiempo haga lo suyo.

Mientras tanto enfócate en lo que tienes ahora.

Te deseo mucho éxito en tu proceso.

Con mucho cariño.

Martín